Archive for abril, 2010

Especismo – Qué significa, qué es y qué consecuencias tiene

Copio de la página web Especismo Cero

La discriminación especista presupone que los intereses de un individuo son de menor importancia por el hecho de pertenecer a una especie animal determinada.

El origen de esta actitud es debida en gran parte a la educación especista que recibimos desde que nacemos. Se nos inculca a no considerar a los demás animales, utilizarlos, explotarlos y matarlos si es necesario obtener un beneficio con ello. Por otro lado, la sociedad también ejerce presión sobre aquellos que se revelan frente a esta discriminación.

Las consecuencias del especismo son diversas, todas ellas afectando los intereses de los demás animales. Una de ellas es la utilización de los no humanos, en los ámbitos de la ALIMENTACIÓN, VESTIMENTA, EXPERIMENTACIÓN, ENTRETENIMIENTO, respaldada por el hecho de que los animales son a nivel legal, simples propiedades. Rechazar este tipo de discriminación implica respetar de modo igualitario el interés de todos los animales en vivir, ser libres y no ser víctimas de torturas y por lo tanto, otorgarles el derecho a no ser propiedad de otros.

especismo, discriminación en función de especie

La representación más común del especismo es el antropocentrismo moral, o sea, la infravaloración de los intereses de aquellos que no pertenecen a nuestra especie animal homo sapiens. Pero no es la única, dado que puede darse mayor peso a los intereses de ciertos animales no humanos sobre el de otros, por ejemplo es muy común hoy en día, otorgarle mayor consideración a los intereses de los perros que a los de los cerdos, simplemente porque unos pertenecen a una especie y los otros no.

Historia
El especismo es un término acuñado en 1970 por el psicólogo Richard D. Ryder. El primer libro en el que aparece fue Animals, Men and Morals: An Inquiry into the Maltreatment of Non-Humans (Taplinger, New York, 1971), editada por Rosalind Godlovitch, Stanley Godlovitch y John Harris. Luego también se publicó en Animal Liberation: A New Ethics for Our Treatment of Animals (New York Review/Random House, New York, 1975), de Peter Singer, y a mediados de los setenta también Stephen Clark, Andrew Linzey y Richard Ryder publicaron otros libros nombrando al especismo.
El término ‘speciesism’ fue traducido e impreso al castellano, apareciendo en 1979 en el Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora.

12 abril 2010, lunes at 19:56 1 comentario

La sociedad frente al animalismo

Copio de Maltrato Animal: Un Crimen Legal

Dejen, por favor, de anunciarnos como liberticidas, los derechos que les negamos se siembran en el especismo, se abonan con la ignorancia y engendran muertos. Llámenlos por su nombre: bulas para el crimen. No nos acusen de violentos, no son nuestras las manos que con sangre ajena, escriben los siniestros renglones de sus tradiciones ni el saldo de sus negocios. ¿Quién empuña el rifle, la espada o la lanza? Siempre ustedes.

Tampoco sigan afirmando que despreciamos al ser humano. Nuestros hijos lo son y no queremos para ellos un mundo en el que el padecimiento de criaturas sensibles sea arte, diversión y comercio. Claro que nos importan las mujeres y los hombres, precisamente por eso, renegamos de su alienación y rechazamos que la educación, los hábitos y el sistema mercantil, los reduzcan a testigos mudos y a cómplices de tanta degradación.

No, no creemos que el Planeta lo haya diseñado Walt Disney, ni que los cerdos hablen o que los perros toquen el violín; no necesitamos “humanizarlos” para entender que no es justo que los sometamos, torturemos y asesinemos. No somos cretinos ni confundimos fantasía con realidad; justamente es nuestra cordura, la que nos permite comprender que un gemido, un gruñido, un chillido y hasta el silencio, también son gritos de angustia.

Esto es muy sencillo, aunque quieran perderse en todo tipo de disquisiciones morales o pragmáticas pervirtiéndolas a su conveniencia para distraer de lo esencial. No se trata de ustedes o de nosotros, sino de ustedes, de nosotros y de ellos. Porque sí, ellos también cuentan, los animales a los que denigran, atormentan y matan, son al fin las víctimas de su crueldad y los eternos ignorados. Les imponen la condena pero les niegan la voz.

Tampoco necesita rugir de sufrimiento el mar que se contamina ni emitir alaridos de angustia el árbol envuelto en llamas, no hace falta ver sangrar al ozono por los bordes de su herida para admitir lo estremecedor una destrucción de la que el hombre es el único culpable. Nada justifica que hayamos convertido nuestro entorno en una suerte de basurero y de patíbulo en el que los racionales, nos erigimos en jueces y verdugos.

No, los animalistas no somos un peligro social. Animalismo y humanismo se dan la mano; el problema es que les inquieta que un toro o un mono posean los mismos derechos fundamentales que ustedes si con ello, pierden la inmunidad para martirizarlos o aniquilarlos. El maltrato a los animales es una lacra de nuestra sociedad, como tantas que ha habido, y sus argumentos para perpetuarlo no son más que las razones del tirano.

Julio Ortega Fraile

7 abril 2010, miércoles at 6:52 Deja un comentario